Los jefes de Estado y de Gobierno no apoyaron la declaración conjunta de Meseberg
EL MUNDO. -Los planes del presidente francés, Emmanuel Macron, para relanzar el euro con una mayor integración bancaria y presupuestaria rozaron la trituradora en el Edificio Europa de Bruselas, sede de la cumbre de la Eurozona. El acuerdo más tangible fue el de volver a intentarlo el próximo mes de diciembre. Seis meses más de aplazamiento tras el fracaso.
La resistencia de la mayoría de países contribuyentes netos para crear un presupuesto común de la Eurozona y el recelo de Alemania para forjar un fondo de garantía de depósitos europeo ante la delicada situación de la banca italiana aguaron hasta niveles de naufragio la que se había anunciado hace unos meses como la gran cumbre para reformar el euro.
Los jefes de Estado y de Gobierno no apoyaron la declaración conjunta de Meseberg pactada ya como acuerdo de mínimos el pasado día 19 por Macron y la canciller alemana, Angela Merkel. Se limitaron en el comunicado final a «apreciar las contribuciones nacionales, en particular la que presentaron Francia y Alemania». En términos diplomáticos equivale prácticamente a arrojarla a la papelera.
El francés Emmanuel Macron es el gran perdedor de la cumbre europea. Alemania e Italia salvan la cara con un acuerdo migratorio de mínimos, pero Macron vuelve hacia París con los bolsillos prácticamente vacíos en la agenda que supuestamente más le interesaba antes de acceder al Elíseo: la reforma del euro.
Los Veintiocho acordaron ayer una espléndida patada hacia adelante, el tradicional vuelva usted mañana con el que la canciller alemana Angela Merkel obsequia a los socios de la moneda única desde hace un lustro. Macron ha intentado vender que el rey no está desnudo, pero no sonaba precisamente ilusionado: "Sabemos solucionar problemas cuando estamos al borde del precipicio, en medio del drama, pero cuesta más cuando no hay problemas en el horizonte", ha dicho ante la prensa. El presidente español, Pedro Sánchez, ha ido más al grano: "La reforma es insuficiente"
La cumbre se queda incluso por debajo de las últimas —y tímidas— propuestas españolas, del anterior Gobeirno, que proponían un calendario claro para el fondo de garantía de depósitos. Y, por supuesto, muy por debajo de la propuesta francoalemana y de las ideas que ha lanzado la Comisión Europea. Los líderes simplemente acuerdan "trabajar en una hoja de ruta para empezar las negociaciones políticas del fondo de garantía de depósitos", según el trabalenguas en el que se han convertido las conclusiones de la eurocumbre.
Los británicos llaman a esa estrategia del avestruz kick de can down the road; literalmente, dejar el problema para más adelante. Un vuelva usted mañana en toda regla. La traducción francesa no está clara, pero Macron ya empieza a saber cómo se las gastan Merkel y los suyos.